El guardaparque Pablo Silva se presenta en su nuevo destino, el Parque Pereyra Iraola, un territorio salvaje en la ciudad. Conoce a sus compañeros y se adapta a la nueva rutina con facilidad. Una mañana, Pablo encuentra un zorro lastimado en una jaula. Lo cura y alimenta. El rastro lo conduce a una banda de cazadores furtivos que actúan dentro de la reserva. Pablo sigue este rastro con su instinto a flor de piel. ¿Quiere atraparlos o apoderarse de su negocio?