Tony Price pasó la última parte de su vida como escultor convirtiendo partes de la bomba atómica desechadas en arte, con énfasis en iconos religiosos para protestar y advertir al mundo sobre lo que veía como la eventual destrucción de la vida en la tierra por parte de las superpotencias y sus armas nucleares. Hubo un tiempo en que las piezas de armas nucleares de desecho se vendían por libra de los Laboratorios Nacionales de Los Álamos en Nuevo México. Tony aparecía allí todas las semanas para comprar la materia prima para su arte. Esta es una historia que hice sobre Tony y sus esculturas para el Today Show en los años 80. Su especialidad era lo que él llamaba Kachinas atómicas contemporáneas.