Toni asiste conmocionado al funeral de Jacinto. Sin tiempo para recuperarse, ambos descubren atónitos que la empresa constructora no se hace responsable del accidente y pretende zanjar el asunto dando una mísera indemnización a Mayte, la viuda de Jacinto. Toni y otros compañeros que fueron testigos de la muerte de Jacinto saben que estuvo provocado por la ausencia de medidas de seguridad.