La familia de Nicolino, el niño que jugaba con Beatrice en el episodio anterior, es desterrada al completo. Ni si quiera, el hecho de que Salvo, padre de Nicolino, trabaje para el capo, puede evitarlo. El general Votta acude a la cárcel para interrogar al capo Molocco pero al llegar se lo encuentra muerto. Acto seguido pide a Sandra que mande una muestra de sangre de la Virgen a un laboratorio americano para que lo analicen en detalle. Mientras tanto, el primer ministro se encuentra con Marcelo quien le dice “Realmente es un milagro” y si la Virgen de verdad ha aparecido tiene que haber una razón. El primer ministro se muestra todavía escéptico aunque pronto comienza a tener extraños sueños que harán que se cuestione todo.