Luna continúa con César pero, a la hora de la verdad, se ve superada y abandona el acto. No puede hacerlo. Alberto se siente muy decepcionado y la abronca, pero ella se ve incapaz de introducirse en este nuevo mundo. La práctica ha podido con la teórica y las buenas intenciones. Mientras, Luna intenta recuperar su relación con Lucas y hablar con él, pero éste anda agobiado con los hijos y no puede atenderla. Con Gonzalo aún en coma, Luna se vuelve a sentir sola y perdida. Luna habla con su madre e intenta tantearla para obtener dinero y poder pagar las deudas que ha contraído pero, finalmente, no lo hace. Luna está hecha un mar de dudas hasta que ve por televisión la secuencia que Gonzalo grabó para la serie y que ensayó con ella misma poco antes de hacer el amor. Eso la acaba decidiendo. Habla con Marisa y la convence para pagar ella el tratamiento. La recuperación de Gonzalo merece esa mentira. Luna vuelve a casa de César a acabar lo que no pudo la noche anterior. Pese a que ella finge, es evidente que César se ha quedado prendado de la joven.